Lenguaje
Sandra
Itzel Meléndez Guevara
No.23
2º “C”
Darío es un joven
que llega a vivir a la residencia, era tímido, sin embargo Sarah una integrante
de la residencia lo invita a dar un paseo en bicicleta, mientras ella se
terminaba de maquillar, el la observaba detenidamente, pero Sarah noto la
fascinación de Darío hacia ella, ambos disfrutaron ese momento a solas,
mientras no llegaba Elise que también vivía en la residencia y era la mejor
amiga de Sarah, Darío poco a poco fue conociendo o todos los que integraban la
residencia, María José quien se enamoró de Rolf
le faltaba poco para terminar su licenciatura en Psicología, por lo cual
ella se mudó a la recamara de él, para que el cuarto que quedaba vacío lo
ocupara como consultorio para sus pacientes, Alejandro era el administrador de
la residencia, por ser el mayor de todos, además de que sus padres eran los
dueños, Chepino un norteño muy opuesto que le gustaba perseguir a las mujeres y
que Alejandro decidió expulsarlo porque realizo una fiesta y la casa había
quedado en muy mal estado, pero el hizo caso omiso al aviso de Alejandro, por
lo cual todos tuvieron que arrojar sus cosas a la calle. La primera discusión
que se llevó acabo en la residencia fue por culpa de una rata porque todos
estaban a favor de matarla, sin embargo Darío no pensaba lo mismo, pero como
era mayoría tenía que hacerlo, a Sarah tampoco le agrado la idea, pero cuando Darío
estaba a punto de aplastarla decidió que lo mejor era dejarla ir, todos se
molestaron y Sarah fue la única que se alegró y le dio las gracias por no haber
matado aquel animal y lo abrazo, Darío pensó que desde esa noche Sarah
realmente había empezado a sentir algo por él, esa misma noche cenaron juntos
en la cocina, ella no tenía maquillaje pero para esos tiempos ya era más común
verla así.
Todos los
habitantes de la residencia salían a las cinco de la mañana justo cuando Venus
brillaba en el cielo, realizaban los ejercicios que Rolf les enseñaba y después
tomaban las bicicletas y recorrían largos caminos, todos los días su ruta era
diferente, Elise que era la que estaba en mejor forma le gustaba bautizar los
senderos por donde pasaban, Darío sintió como sus brazos se rozaban con los de
ella en aquellas madrugadas tan frías, cuando regresaban a casa el sol ya había
salido por completo e inmediatamente realizaban el desayuno que en la mayoría
de veces lo hacía Alejandro porque era el que mejor sabia cocinar.
Un día Darío cometió
un error verbal, en lugar de decirle a Sarah que se veían pronto dijo porno,
que fue motivo de burla para el por varios días, la situación en la residencia
no iba del todo bien, pues Rolf había perdido su beca y su trabajo, a María José
la habían asaltado en la calle y le quitaron la renta del mes, Alejandro había
perdido a varios de sus alumnos a consecuencia de la crisis económica, Elise
estaba cansada de que la molestaran los hombres cada vez que caminaba en la
calle, el ánimo de la residencia iba decayendo poco a poco pues cada vez eran
menos los que se despertaban para ir a pasear en la bicicleta o para ir a
correr, Dario en lo familiar también pasaba un mal momento pues sus padres se estaban
separando, y peleando por los bienes, su madre decía una cosa y su padre otra,
pero lo bueno es que casi no los veía. Lo único bueno para el eran los momentos
que pasaba con Sarah y Elise platicando, escuchando música y dando paseos por
las noches, En su quinta semana que Dario llevaba viviendo en la residencia
habían invitado a una persona que a él le gustaba, para levantarle un poco el
ánimo pues nada en su vida parecía ir bien, se trataba de Asami una mujer que
con su vestimenta parecía una bailarina, además de tener un cuerpo bien
formado, ojos enormes color café claro y unas cejas largas, las chicas le
dieron consejos de cómo comportarse enfrente de ella de hacerse el interesante
y resistir ante todas sus provocaciones, Asami era compañera de Sarah y Elise,
en un taller de danza, aunque casi no hablaban, sin embargo un día que iban
acompañadas de Darío, comenzaron a hablar de todos los concursos que había
ganado y los países que había visitado. Aquella noche a Sarah le había nado uno
de esos ataques de depresión y angustia, por lo que Darío la abrazo fuertemente
y Elise le recomendó que se tomara los chochos que el psiquiatra le había
recomendado, pero Sarah se negaba, esa misma noche Darío encontró a Elise
llorando en su cama, él se recostó junto a ella y le contó que se había peleado
con Sarah, una vez que se calmó, se fue a su habitación. Una mañana todos se
alistaban para ir a la fiesta con el tío de Alejandro, Darío como no estaba
enterado, lo único que pudo agarrar fueron dos mudas de ropa y agua que guardo
en una mochila, todos estaban listos para el viaje en bicicleta, aunque era
difícil que todos fueran al mismo ritmo porque algunos tenía más condición que
otros, Darío por ocasiones perdía a Sarah por los rayos del sol que lo
deslumbraban, y era difícil ir igual que Elise, por algún momento pensó en
decirles lo que sentía por ella y Sarah, sin embargo no lo hizo, después de la
fiesta el único que levanto la basura fue Rolf pues todos se habían adelantado
al lugar donde acamparían esa noche,
cuando ya todos estaban, encendieron la fogata y cada uno comenzó a platicar
los planes que tenían para los días siguientes, todos abandonarían la
residencia hasta Darío que mintió porque en realidad no sabía qué hacer con su
vida, a la mañana siguiente regresaron a casa.
Como iban pasando
los días cada integrante de la residencia salía de ella, lo más feo para él fue
cuando Sarah y Elise se despedían porque se iban a California, con la mirada
Sarah le trasmitió a Darío tranquilidad que evito que ambos lloraran, después
de que todos se fueran y tomaran rumbos diferentes, Alejandro permitió que
Darío se quedara en la casa sin pagar renta, a cambio de que mostrara la casa a
todos las personas interesadas en ella. Un día llego una familia, sin embargo
no se mostró convencida, pero también llego una señora que le gusto y decidió
rentarla, la desesperación para Darío aumentaba porque no tenía un lugar a
donde ir, pero la nueva inquilina, lo dejo quedarse algunas semanas más
mientras le hacían unos arreglos, la señora se dio cuenta de que Darío estaba preocupado
por lo que le pregunto él le explico lo que le pasaba y logro sentirme un poco
mejor, el decorador que llevo la señora le ofreció trabajo a Darío pero él no sabía
nada relacionado con la decoración, le explico que era fácil solo era convencer
a los clientes, lo acepto pero no tardo mucho tiempo en ese trabajo, cuando por
fin había llegado el momento de salirse de la residencia completamente y lo
primero que hizo fue buscar a Asami, en su departamento ella había salido de
viaje, por lo tanto el paso algunas noches durmiendo en la calle, mientras
Asami llegaba. Tiempo después recibió una carta de Sarah contándole lo bien que
la estaban pasando y que irían a México en las vacaciones de Semana Santa para
ir a Michoacán y le comento de la bici nueva que le había comprado Elise.
Finalmente llego ese día y Darío estaba ansioso por verlas, cuando llegaron le
entregaron la bicicleta a Darío, comenzaron a platicar y pusieron en marcha el
plan cuando partieron a Michoacán se hospedaron en la casa de un amigo de su
papa, pero en ese viaje Sarah desapareció, nadie sabia en donde estaba, Elise y
Darío la buscaron por los lugares cercanos a donde estaban pero no encontraron,
avisaron a su mamá pero no le tomo importancia el tiempo transcurría y no había
noticias de ella, Elise tuve que regresar a California pero todos los días
hablaba por teléfono con Darío, habían pasado 3 meses de su desaparición y las
llamadas de Elise y Darío eran menos frecuentes. Elise volvió a regresar a
México pues Darío había recibido una carta de Sarah el cual era una esperanza
para todos y volvieron a continuar con la búsqueda volvieron a aquella playa
donde estuvieron por última vez, se quedaron a acampar, Elise ya rendida ya no
podía más, sin embargo Darío sintió la presencia de Sarah, cuando trato de
salir de la casa no podía respirar y cuando abrió los ojos vio a Elise que
salía corriendo de la casa, de repente la dejo de ver porque se había hundido
al fondo del mar donde encontró el cadáver de Sarah, desde ese momento logro
despedirse de ella, él pensó que tal vez también moriría ahí, sin embargo una
ola lo ayudo a salir de ahí y Elise se encargó de revivirlo.
Diez años después
Darío y Elise lograban recordar a Sarah sin ponerse tristes, aunque eran los
únicos que mantenían comunicación porque del resto de los integrantes de la
residencia no sabía nada de ellos.
Referencia
Mendoza Jano,
2015, Venus brillaba en el cielo.
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