Sandra Itzel Meléndez
Guevara
Lenguaje
El lápiz de labios del señor presidente (Antonio Malpica)
No.23 2º “C”
La historia cuenta que Mare un hombre mayor de edad que sobrevive con su
pensión toma la llaves del departamento que dejo pegadas en la cerradura la
inquilina del 102, pero nunca imagino que esto lo metería en un grave problema,
cuando ya las tenía en su poder pensó que lo mejor sería sacarles un juego de
copias por si en algún momento las necesitara para entrar al departamento 102,
pero la verdadera razón por lo que las había tomado fue que le había gustado el
llavero de perrito que tenían, en ese momento no recordaba la raza pero después
se acordaría, por lo que se dirigió con el cerrajero, cuando le pidió al señor
una copia se encontraba nervioso pues sabía que lo que estaba haciendo no era
lo correcto, al salir regreso a su departamento y revisaba su reloj para ver si
ya iba a regresar la inquilina pues la hora en que siempre llegaba era a las 7
minutos más minutos menos, se dio que aún faltaba tiempo por lo que decidió
entrar al departamento 102, estaba todo oscuro y pensó que ese departamento no
sería muy diferente al de el pues todos los departamentos eran similares,
camino cuidadosamente para no tropezar con algo y vio que en una recamara había
dos camas individuales y un closet en el que guardaba diversas cosas como el
árbol de navidad y abrigos, en la otra recamara que podría ser en la que la
inquilina dormía en un colchón tipo quean size, la cocina, el baño y la sala en
la cual estaban los sillones y enfrente de uno de ellos la televisión, cuando
ya iba a salir se dio cuenta de que la inquilina ya había llegado solamente que
estaba platicando con su vecina del 101 con respecto a sus llaves, Mare observo
su reloj prendiéndole la luz que tenía y vio que la vecina había llegado a las
7 pero minutos antes, entro en un ataque de desesperación al no saber qué hacer
pues la inquilina lo encontraría adentro y lo acusaría de ser un delincuente,
un ladrón que había intentado robar en su departamento, no sabía qué hacer, al
escuchar que la vecina del 101 había invitado a la inquilina a pasar a su
departamento pensó que era el momento perfecto para escapar, pero pensó que en
cualquier minuto podría salir y seria descubierto, por lo que se quedó adentro,
decidió esconderse en aquel closet que estaba en la recamara, la posición en la
que estaba no era muy incómodo pero pensaba estar ahí, en lo que la inquilina
se dormía, la inquilina entro a su departamento, prendió la televisión y se
preparó una malteada enseguida tocaban su puerta, era un hombre y Mare trataba
de oír que era lo que platicaban, sin embargó
Mare se imaginó las peores cosas sobre la vecina y su invitado, después
de algunas horas Mare pensó que tal vez la vecina ya estaba dormida, pero
todavía escuchaba la televisión prendida por lo que decidió seguir escondido en
el closet, paso ahí la noche, a la mañana siguiente cuando despertó eran las 10
de la mañana pensó que a esa hora la inquilina ya estaría en su trabajo, por lo
que salió del closet, su sorpresa fue que la televisión seguía prendida, pensó
que la vecina se había desvelado por lo que estaba dormida en un sueño
profundo, y aprovecho para salir, pero la copia que tenía ya no abrían la
puerta, por lo que Mare volvió a tener un ataque de pánico, cuando se acercó a
la meso vio que había una nota de compra de cerraduras, Mare imagino
inmediatamente que la inquilina las había cambiado, y se puso a buscar las
llaves para poder salir, pero no encontró nada, tal vez pensó que la inquilina
las tenía en el sillón en el que estaba por lo que se acercó sin hacer ruido,
pero percibió una mal olor que provenía de su boca, que se le hizo raro, se dio
cuenta que la inquilina estaba muerta, Mare asustado, pensó que tenía que salir
rápidamente del departamento porque en cualquier momento llegaría la policía o
alguien y lo acusaría a él como el único asesino, lo único que se le ocurrió
fue salir por la ventana, Mare no estaba muy seguro de hacerlo por su edad y
que si no pisaba bien podría caer y morir, sin embargo era la única salida,
cuando estaba trepado lo vio una de sus vecinas y lo ayudo a bajar le pregunto
qué hacía ahí, el respondió que trataba
de entrar a su departamento pues se le habían olvidado sus llaves, le vecina
muy amable ofreció ir por el cerrajero para que pudiera entrar, el muy nervioso
decidió irse para que de esa forma la policía no diera con él, decidió
hospedarse por algunos días en un hotel, se registró con datos falsos para no
levantar sospechas, inventando que era un norteño que había llegado para tratar
asuntos de negocios, prendió la televisión para ver qué es lo que había pasado
con la inquilina del 102, no había nada, pero cuando la iba a apagar
mencionaron sobre el asesinato de una chica, y empezó a sudar, la apago y salió
a comer algo pues tenía el estómago vacío porque había dejado su pan y leche
servida en su mesa. Después de algunos días decidió cambiarse de hotel y pensó
que si él no había hecho nada, debería buscar al verdadero asesino, por lo que
se dio a la tarea de investigar por su cuento, además de que el investigador
Gualton se estaba haciendo cargo del caso, lo primero que hizo fue ir a la
empresa donde trabajaba la inquilina, le dijeron que aquella señorita que
buscaba ya no estaba pero a su cargo lo había ocupado una señora de tal, por lo
que dijo que quería hablar con ella, no se encontraba pues había salido de
viaje, por lo que le dieron el teléfono de su jefe Valdiño para que agendara
una cita y hablara con él, en lo que pensaba que le iba a decir salió de la
empresa y pensó que tal vez aquel hombre rubio que se le había cruzado podría
ser Valdiño por lo que lo siguió hasta una cafetería, el hombre rubio se dio
cuenta y le dijo que él conocía al verdadero asesino de su hija, le dijo que
había sido el señor Valdiño, su jefe y que estaba seguro, le dio su correo para
que lo contactara y se fue, después de unos días, Mare fue a un internet y
pidió ayuda para crear su correo, cuando lo tenía le mando un texto diciéndole
que cual era el objeto que Valdiño pensaba que había sido robado por la
inquilina del 102, el joven contesto rápidamente diciéndole “El lápiz del señor
presidente”, pensó que tendría que ver un lápiz de labios que de que presidente
era, por lo que fue a la farmacia a comprar uno para examinarlo se dio cuenta
de que no costaba muy caro, sim embargo le marco a Valdiño diciéndole que tenía
en su poder el lápiz de labios que le interesaba, le dijo que lo vería en el
restaurante del hotel en el que estaba hospedado, él recogió sus cosas y espero
a que llegara la hora por si todo salía mal y tenía que huir, llego Valdiño a
la cita y le dijo que había dado aviso a Gualton y que ya no tardaría en
llegar, Mare no pudo más y le conto la verdad, Valdiño le dijo que le creía
pero él no podía hacer nada, nervioso salió del restaurante y huyo para no ser
alcanzado. Días después se le ocurrió revisar el correo de la inquilina, por lo
que fue a un internet y le pidió ayudo a una linda jovencita que se mostró
amable, cuando lograron entrar, se puso a revisar los correos con fecha
anterior a lo ocurrido y vio uno que era de Marttorelli que era un comprador de
objetos extraordinarios, enseguida le mando un mensaje diciendo ue lo tenía y
si estaba interesado en comprarlo a Marttorelli se le hizo extraño pues pensó
que el que había enviado el correo era el asesino, ambos quedaron en verse en
un parque, Mare dio aviso a las autoridades por lo que fuera pasar, pero no
llego Marttorelli, y al único que encontró fue a el chico rubio que le revelo
que él había sido el asesino y que le diera el lápiz de labios sino lo mataría
el nervioso trato de engañarlo y le dio el que había comprado en la farmacia
pero supo que no era el original, lo entregó imaginado que ese lápiz equivalía
a alguna fórmula o algo muy importante,
y salió corriendo, Mare fue encontrado tirado en el parque por lo que fue
llevado a un hospital ahí Gualton lo visito y pensó que era su fin que pasaría
el resto de su vida tras las rejas, sin embargo la visita fue para felicitarlo
pues había encontrado al verdadero asesino, desde ese momento Mare aprendió la
lección.
Malpica Antonio, 2012, El lápiz de labios del señor presidente, México.
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