miércoles, 7 de junio de 2017

EL MUNDO DE BEN LIGHTHARTH.

EL MUNDO DE BEN LIGHTHARTH.               Joge Mauricio Cancio Morales 2c #6
Ben se despertó en el hospital no encontraba sus ojos, se puso muy nervioso. La enfermera Win le puso un calmante, con los ojos vendados. Todo estaba oscuro. Ben había tenido un accidente. Por unos momentos no encontraba sus ojos, se puso muy nervioso. Al tercer día despertó. No sabía lo que había ocurrido, estaba desorientado. Win su enfermera le atendió, no sabía dónde estaba, el accidente había ocurrido al salir de la escuela, pero no sabía cómo. Tal vez le había atropellado un coche. Ben pensó que se quedaría ciego. Sí, era verdad.
Después de desayunar los padres de Ben llegaron, no sabían cómo contarle lo sucedido a Ben, aunque él ya lo sabía. Era muy difícil afrontarlo. Había tropezado y se había dado con el rastrillo de un jardinero que pasaba en moto.
Ahora todo era diferente para Ben, la enfermera Win era muy amable con él, no como Annie “cuá cuá” que parecía un pato. La enfermera Win, para Ben era una mujer guapa y amable, aunque no sabía que tenía un lado de la cara quemado, en cambio, Annie para él era fea y mema, a los demás les parecía guapa. Así lo percibía él.
Al cabo de una semana trasladaron a Ben a la sala Tres, allí había varias personas, Jerry, el abuelo Abe, un estudiante, un panadero y su “señoría”. Ben se hizo amigo de Jerry su vecino. A la segunda mañana, Ben, ya se podía levantar, Jerry le indicaba dónde tenía que ir. Una vez en que Ben perdió el equilibrio, el estudiante le ayudó. Una tarde que llovía, mientras todo estaba en silencio, el estudiante fue a hablar con Ben. Le confesó que solo le quedaban unas semanas de vida. Ben no sabía qué decir, ni qué hacer. Ben no pudo dormir en toda la noche, al fin y al cabo ser ciego era mejor que morir.
El estudiante le ayudaba a comer y le guiaba al andar, era el mejor amigo del hospital de Ben.
Un día Jerry pidió una silla de ruedas, Ben tiraba de ella mientras Jerry le indicaba. Llegaron a la cocina donde estaba la enfermera Rose, a Jerry le gustaba.
 Cuando volvieron a la sala, Ben lo pensó, el estudiante y Jerry le habían confesado su secreto, si él pudiera ver, ¿habrían hecho lo mismo?
Ben se iba del hospital, sus padres habían ido a buscarle, se despidió de todos, estaba muy agradecido, no sabía qué decir. Cuando llegó a casa no estaba muy contento, asó que se fue a su habitación. Estaba cambiada, había un nuevo mueble, dónde estaba la máquina de escribir y de “braille”.
Al bajar a comer, Ben no sabía que estaban sus amigos Pete y Jeff.
Al principio no hablaban mucho. Ben ya comía por sí solo.
El mueble de la habitación de Ben lo había hecho su padre.
No sabían si podría ir al instituto de antes, sería una carga muy grande.
Cada día, Ben practicaba con su madre en la maquina, le costaba y se enfadaba. Se fue al parque, allí había unos niños, sus voces le alegraron. Ellos le ayudaron a cruzar la calle. Ben se guiaba por la acera.
Después de comer practicó el alfabeto “braille”. Esa tarde fue el médico, las heridas se curaban bien, pronto le quitarían el vendaje.
Ahora las voces lo significaban todo para Ben, el aspecto no le importaba. Ese día iba a ir al estadio de Beisbol con sus amigos. Peter y Jeff se retrasaron, iban en bici, Ben subió detrás con Peter. Al llegar al estadio, Ben no quería ir al vestuario pero al final fue. Al entrar todos se alegraron de tener allí a Ben.
Dickie empezó a hablar a  Ben, era muy pesado pero era para regalarle en nombre del equipo un tándem. Ben no sabía qué decir.
Lo llevaron a un sitio seguro, mientras escuchaba las voces,  apareció Theo. Theo era un chico de la clase, siempre estaba apartado. Este le dijo que le podría ayudar en el trabajo de la escuela. Ese día su equipo gano.
Theo iba por las tardes a su casa, allí le leía la lección en alto. Ben iba avanzando.
Por la mañana practicaba “braille”, hacía pausas y luego con la máquina de escribir. Poco a poco iba aprendiendo. Antes de comer daba un paseo. Los chicos del parque ya le conocían y le ayudaban a volver a casa. Un día Theo le propuso a Benque se podrían comprar una grabadora, costaba mucho. Si iban a repartir periódicos con el tándem ganarían dinero.
Un día que fueron a repartir periódicos, a Ben una señora le pareció triste, en cambio a Theo no, vestía muy bien y era guapa. Ben tenía razón, se le había muerto el marido hacía poco.
Cuando no le salían las cosas a Ben se ponía furioso, se preguntaba si valía la pena vivir.
Una noche se despertó sobresaltado, otra vez había soñado con serpientes, se dirigió al baño, pero pudo escuchar las voces de sus padres. Hablaban de él, no sabían si lo admitirían en el instituto. Ben no quería escuchar más, se volvió y tropezó. Sus padres salieron a ayudarle. Ben les preguntó, pero ellos no le dijeron toda la verdad.
Ben tardó en dormirse. Se levantó a las nueve, tarde para él. Intentó que su madre le dijera algo, no sabía que decirle. En esto llamaron al timbre, era el cartero, traía una carta y un paquete, era para Ben. Era del estudiante, había muerto, le regalaba un reloj de oro que perteneció a su abuelo, marcaba las horas y las medias. Así no tendría problemas. Ben no pudo aguantar y gritó.
Ahora Ben se enfrentaba a la vida de otra manera, respondía sin educación a algunas personas, aprendió a responder con broma. Un día sus padres y su abuela empezaron a discutir, ellos lo querían llevar una institución para ciegos, pero su abuela estaba en contra, quería que se quedara en casa.
Un día los padres de Ben fueron a hablar con el director de la Institución, allí estuvieron un rato charlando.
Ben no sabía dónde estaban sus padres, su abuela le había mentido. Mientras Ben salió a pasear.
El director de la Institución les contó muchas cosas acerca de los ciegos, su futuro podían hacer deportes y muchas cosas más.
Ben iba a marchar a la Institución para ciegos. Su hermana Maryanne se despidió en el desayuno, se echó a llorar.
Cuando llegó a la Institución, les recibió el director, se notaba que era simpático. Los padres de Ben se fueron pronto. El director condujo a Ben donde iba a ser su habitación.
En esto el director tuvo que ir a por algo, Ben se quedó solo. Se acerco una chica de cinco años Tinka, llevaba seis meses y veía un poco.
El director regresó, Ben se fue con él a su segundo hogar.

En general el libro me pareció una muy buena historia ya que la autora logra describir muy bien los sucesos que acontecen en la vida de Ben ya que te transmite las distintas emociones que sufre y la manera en la que poco a poco va saliendo adelante.

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