RESEÑA DE “RABIA”
ELIZONDO MORALES DANNA VARINKA
2 °” C”
NO. LISTA: 10
INTRODUCCION
¿Sientes
furia, dolor, rebeldía, ganas de llorar y de comerte al mundo al mismo tiempo?
¿Sabes lo que no quieres, pero no tienes ni idea de lo que quieres? Patricia,
la protagonista de esta historia de búsqueda y deseo, está igual que tú.
Acompáñala. Todo puede cambiar. El amor, la música y la literatura harán que la
rabia encuentre un destino. Rabia es
una novela realista sobre las tormentas y el final de las tormentas, que viven
todos los adolescentes.
Jordi Sierra I Fabra nació en Barcelona
el 26 de julio de 1947. Tiene una clara y firme vocación de escritor desde muy
joven, pues confiesa que dio sus primeros pasos con tan sólo ocho años de edad.
En la década del setenta realiza un giro importante en su carrera, ya que
decide alejarse por un tiempo del autor para acercarse a la música como
comentarista y también como estudioso de la misma, más especialmente del
corriente rock de finales de los años sesenta del siglo pasado. En ese tiempo
dirigió y fundó muchísimas publicaciones especializadas como ser: El Gran
Musical, Popular 1, Top Magazine, Disco Exprés y Super Pop, entre otras.
Este libro
se divide en tres partes bastante grandes, las cuales son: Invierno, Primavera
y Verano. Donde cada uno incluye varios capítulos junto con una pequeña parte del
diario de Patricia, que a continuación se explicarán.
RABIA
Antes de
que empiece la primera parte, el autor nos dedica unas palabras diciéndonos en
qué se basó para escribir este libro y a quiénes se lo dedica “Este libro, basado en muchas de esas
historias, está dedicado a todos ellos y a todas ellas. Y a los que vendrán.”
(Sierra, Rabia, p. 5). Refiriéndose a todos aquellos que han hablado con él o
le han escrito confiándole sus secretos y sueños.
La primera
parte se llama “Invierno” que incluye 25 capítulos y 10 porciones del diario de
Patricia. Empieza con Patricia y su amiga Claudia tocando una canción como
dueto, para lo cual Patricia siempre se la pasa en su habitación, escribiendo,
tocando la guitarra o leyendo y su madre trataba de sacarla de ahí, aunque sea
para ver la tele juntos, a lo que ella respondía “Ver la tele juntos no es estar juntos” (Patricia, Rabia, p.17)
como excusa para no distraerse de su lectura o escritura, pero su mamá decía
que “Leer tanto no puede ser bueno”
(Manuela, Rabia, p.17).
Tiene
un vecino llamado Gabriel que tiene la ventana de su cuarto en frente de la suya,
el cual ha sido su amigo desde la infancia, él estaba enamorado de ella, pero
nunca pudo corresponderle de la misma forma, ya que decía “Me quiere de una forma tan limpia, tan pura, tan honesta y sincera...”
(Patricia, Rabia, p.23) en cambio lo apoya en los problemas de su familia e
incluso es sus relaciones amorosas. Así mismo, él la apoya en lo que puede, con
sus canciones y poemas.
Ella está
enamorada de un niño de su escuela llamado Norberto, pero lo malo era que
jugaba con ella. Era un cerdo. Y ella lo sabía que es la peor parte. Un día la
invitó a ella y a su amiga a su fiesta de cumpleaños donde llevaban dos horas
bailando, pero con él cerca era incapaz de pensar, pero no se dejó llevar por
eso ya que “Amar a la bestia no excluye
que el amor sea puro, pero tampoco que la bestia siga siendo bestia”
(Patricia, Rabia, p.104)
“Quiero ser yo, porque yo soy todo lo que
tengo. He de vivir conmigo misma toda la vida.” (Patricia, Rabia, p.32).
Este pensamiento fue lo que le ayudó a encontrarse a sí misma y poder dar un
paso más para incorporarse a un conjunto llamado “Registros No Autorizados” y
conocer así a Dimas, el guitarra de la banda, el cual se convertiría en un gran
amigo el cual les ponía música a los poemas de Patricia “Quien tiene un amigo, tiene un tesoro” (Patricia, Rabia, p.130).
El problema
que enfrentaba Patricia, como muchos adolescentes, es que su papá no estaba de
acuerdo con lo que ella quería, que fuera escritora, cantante o guitarrista,
quería que su hija tuviera una profesión real como abogada o lampista, pero
ella argumentó de una manera muy convincente “Quiero ser yo, luchar por mí misma y mis ideales. No soy como las
demás personas. [...] Lo que tengo dentro no se puede detener, ni dirigir, es
como... una explosión. Quiero intentar ser lo que yo quiera ser, no lo que tú
esperas de mí o lo que quisieras que fuera” (Patricia, Rabia, p.66). La
razón por la que no querían que se dejara llevar era porque aún la veían muy
frágil y niña, pero más que nada sabían que era muy complicado conseguir
trabajo, o incluso triunfar siendo escritora o cantante.
“Si vas a cagarla, mejor mientras seas
joven. De viejo es más difícil salir del apuro” (Forrest Gump, Rabia, p.
83). Patricia tiene un hermano pequeño llamado Oscar, no eran tan unidos hasta
que él le pidió ayuda con un problema que tuvo con sus compañeros, ella trató
de cubrirlo con sus padres y pensó que lo habría logrado, que sus padres no se
habían enterado, pero días después se entera que sí lo supieron sólo que no les
dijeron nada porque se alegraban porque estuvieran unidos y se apoyaran.
“Estoy harta de mi adolescencia. Harta de
sentirme mal y no saber por qué. Harta de tener ganas de llorar, y de gritar, y
de amar y de muchas cosas más, sin saber de dónde viene o adónde van, como si
mi cabeza tuviera un agujero negro por el que se me escapara la energía.” (Patricia,
Rabia, p.9). Esto, es exactamente la adolescencia.
La segunda
parte se llama “Primavera” que incluye 22 capítulos y 6 porciones del diario de
Patricia. Empieza con “La primavera ha
venido y nadie sabe cómo ha sido” (Patricia, Rabia, p.120) pero ella lo
sabía, sabía que había llegado con chismes, malos entendidos y problemas.
Conoció a
un chico en el parque llamado Mauricio el cual su novia, Eva, tiene sida, pero este
chico rápidamente ocupó un lugar en su corazón. “Hoy no puede hacerse el amor porque es él mismo el que desata la
guerra.” (Patricia, Rabia, p.123). Tal vez nuestros hijos vivan en la era
de la ébola, o la de cualquier otro virus mortal que ya no se propague amando,
sino respirando.
Un escritor
al que Patricia admira mucho, Jordi Vilá i Muntané, le envió una carta como
respuesta a lo que ella le había enviado meses atrás. Dice que le manda lo
mismo a todos aquellos que desean ser escritores. Es el tetra decálogo y están
agrupados en cuatro bloques: “Escribir y ser escritor”, “Sentimientos y pasiones”,
“Éxito y fracaso” e “Imágenes y sensaciones”. Lo cual ayudó mucho a Patricia a
escribir.
“Si no sientes no puedes creer y si no
crees, no existes” (Patricia, Rabia, p.150). La inspiración que utilizaba
Patricia para escribir estaba en la pasión que sentía por hacerlo, compulsión y
tras ésta llega la paciencia y sin paciencia no hay forja, voluntad para
manejar la pasión, la vida, transmitir lo cual debe ser constante, ritmo y sin
éste no hay progresión, esperanza, fuego, inocencia pero sobretodo, amor.
“Carpe diem. Vive el momento”
(Patricia, Rabia, p.186) El tiempo juega a las cartas con nosotros. Los malos
recuerdos se confunden con los buenos, y viceversa. Cada día es una sonrisa
abierta a la esperanza.
La tercera
parte se llama “Verano” que sólo incluye 1 capítulo. Se iba dos semanas a
Londres, a conciertos, nuevas amistades, compras, y tal vez un amor loco. El
verano en el que cumplía diecisiete años. Se sentía “tan fantásticamente bien, y al mismo tiempo tan vulnerable” (Patricia,
Rabia, p.208)
Este libro
me atrapó completamente. Cada sentimiento lo he vivido o incluso concuerdo con
el pensamiento de su amiga Claudia, así como hay cosas que Patricia dice con
las que no estoy de acuerdo, pero me ha encantado. Lo único que me hubiera
gustado que contuviera es que Patricia pudiera tener una relación.
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