“Frecuencia Júpiter”
Martha Riva Palacio Obón
Alumna: Lis Rodríguez
Rosales.
2.-C #34
Emilia
es una adolescente de 17 años que tiene asma, vive con su padre y tiene fobia
por las mariposas; en el momento en que empieza la narración ella está en coma.
El lector asiste al relato de varios fragmentos de su vida, estampas y escenas
que dibujan su entorno, muestran sus relaciones más cercanas: con su padre, una
relación complicada; con Matías, que no acaba de ser su novio; con sus amigas;
con su abuela muerta; con las mariposas, por las que siente una gran repulsión.
Hay una progresión de hechos ubicados en nuestro país (Ciudad de México) que
inciden en la vida de la protagonista tanto como la realidad circundante.
Mientras Emilia narra todo esto, también
dialoga con una mariposa que insiste en meterse en su boca en la novela hay
elementos muy contemporáneos que, sin embargo, no pierden vigencia a pesar de
su localización en el presente: una de las ramas del relato está contada por
medio de breves relatos apocalípticos que se insertan mediante código HTML.
Otra de las herramientas narrativas que usa la
autora son los tuits que Emilia intercambia con Matías. Estos dos recursos, sin
embargo, están muy bien manejados, no se abusa de ellos ni se banaliza su
presencia.
La historia habla
sobre Emilia que es una adolescente que vive sola con su papá, quien es
director de un periódico. Ella estudia la prepa abierta y pasa mucho tiempo con
su única amiga, Irene, y con la novia de ésta, Luisa.
Emilia es un poco geek:
uno de sus pasatiempos es surfear en internet para leer historias sobre el fin
del mundo y escuchar estaciones codificadas, probablemente por agencias de
inteligencia gringas y rusas; pero también es una adolescente normal, enamorada
de un chico que vive muy lejos, en Chile.
Al mismo tiempo, trata de establecer una
relación adulta con su padre, lo que tiene cierto grado de dificultad para
ambos, sobre todo en lo relacionado con la confianza y la responsabilidad (pero
esto va en ambos sentidos: hay momentos en que no queda claro cuál de los dos es
más inmaduro y vulnerable).
Al mismo tiempo,
Emilia recuerda algunos de los peores momentos de su vida y recrea
constantemente su fobia: un terror absoluto a las mariposas negras.
Sería
una historia cotidiana y rutinaria (mariposas incluidas, ya que todos tenemos
por ahí alguna fobia guardada) si no fuera porque, además, Emilia está en coma.
Y este recuento de su vida se combina con pesadillas, alucinaciones o delirios.
Ella sabe que tiene que salir del coma, pero
la opción para lograrlo se relaciona con su fobia a las mariposas y, sobre
todo, con la necesidad de enfrentar algo que ocurrió y que quizá no quiere
recordar.
La novela tiene
momentos enternecedores y otros terroríficos; pero creo que lo que más me gusta
es que toca temas complicadísimos con una gran naturalidad. No con indiferencia
o cinismo, que conste: más bien, sin hacer grandes aspavientos o tratar de dar
moralejas al respecto. Por ejemplo: Emilia y su galán están viendo Evangelion en casa de ella (solos, por supuesto)
y de pronto pasan a los besos y más allá. Ella le pregunta: “¿Traes condón?”.
Él responde que sí. Y siguen besándose.
En ningún momento
entra el interventor de la Secretaría del Pudor a editorializar y eso se
agradece.
Lo mismo cuando
Emilia habla del alcoholismo de su papá: es algo que existe, y punto. Hay
libros que prefieren optar por un mundo simplificado para no tocar ni de
pasadita los temas que preocupan a los adolescentes (drogas, alcohol, sexo,
violencia, etcétera) o que aprovechan cada mención de estos temas para dar un
sermón al respecto; pero ninguno de esos es el caso en Frecuencia
Júpiter.
Riva, M. (2013) Frecuencia Júpiter. México: Gran
Angular.
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