martes, 6 de junio de 2017

José Ángel Torres Romero #43

Reseña del libro " El misterio de los mutilados"

El relato cuenta la historia de un empleado de una empresa de artículos de

ortopedia cuyo jefe lo envía a Dignidad, un recóndito pueblo de la provincia de La

Pampa, a investigar por qué allí se registra la mayor tasa de ventas de prótesis por

habitante, lo que supone una gran rareza. La realidad que encuentra el protagonista

es terrible y lo pone literalmente al borde de la muerte.

En palabras del autor, el cuento tiene “algunas gotas de humor negro,

episodios de violencia y un toque de absurdo”. También afirma que su experiencia

como periodista le permite aplicar a la literatura las técnicas necesarias para inventar

una realidad paralela, una ficción más perversa, más sorprendente, más fantástica. Y

el lector, mientras recorre con ansiedad devoradora las páginas de los treinta

capítulos que lo llevan al final de la novela, siente que las palabras del autor se

reflejan a la perfección en esta ficción.
.
En El misterio de los mutilados, si bien el sentido oculto se resuelve al final con

el conocimiento de la causa que originó la búsqueda, no se logra identificar

claramente a los culpables ni modificar la situación que les dio origen, acentuando, de

manera muy bien lograda, la incógnita: el investigador se convierte en una víctima

más de esa compleja urdimbre de desgracias, aunque finalmente logra salvar su vida y

la de una de las posibles víctimas del tortuoso mecanismo de dominio y castigo

arraigado en el lugar de los hechos. Dignidad es un pueblo aislado geográficamente,

un lugar donde la impunidad ha tejido una red tan poderosa que los habitantes están

atrapados y sin darse cuenta aceptan ese destino como el único posible.

La soledad, el miedo, la impotencia, el fanatismo, logran ahogar cualquier

forma de reacción. De esta manera toda persona que llega allí e intenta averiguar qué

está pasando es un enemigo y, como tal, debe ser eliminado.

los sometidos legitima las más salvajes mutilaciones; cada una de ellas es una

metáfora del cuerpo social desmembrado y mudo que es consecuencia de los

regímenes totalitarios, aunque esta situación está representada aquí solo en pequeña

escala.
Se recurre al humor negro para desdramatizar las situaciones de horror, hasta

con el nombre del pueblo: en Dignidad, de alguna manera los castigos se infligen para

conservar la dignidad del equipo de fútbol local, que nunca ha sido vencido.

Como dijimos, se cuenta una historia de la investigación que lleva a cabo el

protagonista, Giménez, pero como en toda novela hay otras historias que se van

conociendo a medida que el relato avanza. El tiempo de la historia no es cronológico,

hay saltos con anticipos, como el capítulo 1, y recuerdos que van hilando el devenir de

los sucesos. El narrador es autodiegético, un narrador-personaje protagonista que

cuenta su propia historia y desde su punto de vista va filtrando los sucesos y

presentando a los personajes según las impresiones, sentimientos y sensaciones que

le producen.
En el capítulo 1 el narrador utiliza el presente histórico, pero en realidad ese

capítulo es el final de la trama. El lector irá conociendo lo sucedido sobre la base de

los recuerdos y las reflexiones que Giménez relata a partir del capítulo 2: la historia

avanza y retrocede para narrar no solo el origen de la investigación sino, también, la

historia de amor del protagonista con Claribel; la historia de la empresa y la de su jefe,

Barilari; la llegada de Jennings; las historias de los distintos “mutilados” o

“accidentados” de Dignidad, y la de los padres de Diego, el coloradito que entra en la

vida del protagonista de manera insospechada.

Los personajes son elaborados con una sutil ironía y desfilan arrastrando sus

mezquinas o dramáticas vidas, todos con carencias notables o escondidas, que

generan en el lector sentimientos encontrados de pena, risa, inquietud, incredulidad,

simpatía o rechazo, gracias a los trazos descarnados o genuinamente grotescos con

que fueron esbozados: por ejemplo, los jóvenes de la horrorosa barra brava, el ciego

Sassone, el relator loco, el farmacéutico Albertito Marrapodi y su madre, y el

mecánico Renzo, entre otros igualmente logrados.

Cada uno de ellos muestra una mutilación que lo ha marcado en la vida:

algunos exhiben cinismo y crueldad, otros toda su fragilidad e impotencia, como el

propio Giménez, que en el capítulo 1 (es decir, en el capítulo final) mostrará su cicatriz

imborrable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario