miércoles, 7 de junio de 2017

Rabia #34 Lis Rodriguez

Lis Rodriguez Rosales 2.-C  #34

Rabia
Jordi Sierra i Fabra

Esta libro nos cuenta la historia de Patricia, una joven de dieciséis años con mucho carácter y con ganas de comerse el mundo. Es sentimental, pasional, divertida, pero sobretodo, muy dura consigo misma.
La encantan la música y los libros y su sueño es llegar algún día a ser una escritora tan buena como Jordi Villá i Muntané, su escritor favorito.


Su mejor amigo es Gabriel, su vecino de al lado, pero él está enamorado de ella y lo sabe. Cuenta con él para todo, ya que su otra amiga Claudia, con la que hacía un dúo musical, la dejó por pensar que la música para ellas dos era un sueño imposible, aunque Patricia valía para cantar, y también con el instrumento, ya que aprendió ella sola a acariciar las cuerdas de la guitarra. 

La joven está enamorada de un chico, estúpido y arrogante llamado Norberto, y lo peor es que no entiende cómo ha podido enamorarse de una persona así. Aunque le cuesta, consigue negarse a él, ya que en la fiesta de cumpleaños que organizó el chico, intentó acostarse con ella estando ebrio, y ella no quería que la primera vez fuese así, sin sentimiento. 

Es difícil ser ella a su edad, nadie entiende como alguien tan joven quiere ser escritora, o simplemente, como puede hacer lo que hace Patricia. Pero a ella le da igual, ella es como es, sin contar con la opinión de los demás, sin importarle el qué dirán. Al final, luchando por lo que quiere, consigue entrar en un grupo. Los anteriores componentes eran cuatro: Regis, era el líder, la voz. Eliseo, con tatuajes, el batería. Dimas, con el cabello muy largo, el guitarrista. Cinto, algo más normal, tocaba el piano, y también percusión. Con el que mejor se llevó fue con Dimas, desde el principio. Con Regis, no contrastaba nada bien. 

Gabriel tiene problemas en casa, aunque ya tiene dieciocho años, vive con sus padres. Y su padre, cuando se pasa con la bebida o alguna otra cosa, al llegar a casa, empieza a chillar, insultar, y pegar. Patricia le dice, que así no puede seguir, que está sufriendo demasiado, que lo mejor sería irse una temporada de casa. Pero él le dice que no puede hacer eso, dejar a su madre sola con su padre. Hasta que un día, el señor de la casa se pasa pegándola, tanto que Gabriel interviene sin poder aguantar todo aquello, cogió un cuchillo de cocina, y apuñaló a su padre en la espalda. El padre del joven estaba de lado, tirado en el suelo de la sala. Mientras, Gabriel estaba enloquecido y lloroso, le golpeaba con los puños cerrados una y otra vez. Patricia vio aquella escena. Y también vio la cara de su madre, bañada de sangre, el labio partido, una ceja abierta, y la cara angustiosa deforme, pero el autor de todo esto había sido el marido. Los policías no les hicieron nada, solo les interrogaron. 

Patricia empezó a cartearse con un escritor que había estado en su instituto y que le cayó muy bien. Vio en él una muy buena persona, que se había sentido como se sentía ella. Le mandó novelas que había escrito, relatos, y algunas cosillas que tenía por ahí. Jordi Vilá i Muntané le contestó diciéndole que le habían gustado mucho todo lo que le había mandado. Gracias a él, tuvo mucha más fe en la literatura y en sus posibilidades en ella. 

Aunque a Patricia le costó que sus padres la apoyaran del todo en lo que ella quería hacer, lo consiguió. Le salió todo bien. Logró gustar al público en un dúo con Dimas, su voz y sus guitarras. Y también ganó un concurso de literatura, que el premio era un viaje a Londres, consiguió que esa rabia, y furia que llevaba dentro se convirtiera en felicidad, y pasión. 

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